Frente a la linealidad prevaleciente dentro del marco de la razón occidental, es decir, la interpretación del tiempo y el progreso —por poner dos ejemplos— como lineales, Zambrano muestra una mayor afinidad a la espiral. Así lo pone de manifiesto la propia progresión de su obra, que a menudo vuelve una y otra vez a los mismos temas dando una primera sensación de circularidad, sin embargo en cada una de estas vueltas concéntricas, los temas son abordados desde otro nivel, uno más elevado o más profundo, si se prefiere. Por esta razón, el pensamiento de Zambrano a menudo se describe como espiral.