Razón poética Destacado

Autor
Beatriz Caballero Rodríguez
Afiliación
Universidad de Strathclyde
Introducción

 

La razón poética constituye en primera instancia una crítica a la razón occidental y, por tanto, nace como aspiración. Según la conocida carta de Zambrano a Rafael Dieste, la pensadora va buscando «Algo que sea razón, pero más ancho», es decir, algo que dé cabida también a otras formas de conocimiento hasta entonces denostadas por la razón. Una de las características constitutivas de la razón poética es la paridad jerárquica entre contenido y forma, de manera que se opta por un expresión oblicua, poética, basada en el uso de imágenes, símbolos, metáforas, alegorías y contradicciones. Más allá de esto, no existe actualmente acuerdo entre los críticos sobre si la razón poética constituye un tipo de filosofía, una forma de conocimiento o, incluso, un marco de racionalidad. Así lo explica la autora Notas de un método (1989):

«De la razón poética es muy difícil, casi imposible, hablar. Es como si hiciera morir y nacer a un tiempo; ser y no ser, silencio y palabra, sin caer en el martirio ni en el delirio que se apodera del insomnio del que no pueden dormirse, solamente porque anda solas. ¿Lo llamaríamos desamparo? Tal vez. Error de perderse en la luz más aún que en la oscuridad, necesidad de la respiración acompasada, necesidad de la convivencia, de no estar sola en un mundo sin vida; y de sentirla, no sólo con el pensamiento, sino con la respiración, con el cuerpo, aunque sea el minúsculo cuerpo de   pequeño animal, que respira: sentir la vida, donde está y donde no está, o donde no está todavía. En este “logos en cursiva sumergido”, en eso que clama por ser dentro de la razón» (II, 2016: 121).