Luz

  • Luz
Autor
Beatriz Caballero Rodríguez
Afiliación
Universidad de Strathclyde
Introducción

 

La luz es una de las metáforas más recurrentes no ya solo dentro del pensamiento de Zambrano, sino de la historia de la filosofía occidental.La asociación entre el luz, verdad y conocimiento está ya bien establecida desde la antigüedad. En la Grecia clásica, por ejemplo, Apolo, dios del sol y la claridad, también lo era de la verdad y la profecía. También cabe destacar la influyente alegoría de la caverna de Platón, en la que las sombras representan sólo proyecciones imperfectas de la realidad, a la cual emplaza en el exterior de la cueva envuelta en una deslumbrante luz solar. Es así como Platón establece la dualidad entre las apariencias del mundo sensible y la verdad del mundo de las ideas, que queda vinculado a la metáfora de la luz. La Ilustración continúa haciendo uso de esta metáfora con la búsqueda cartesiana de las ideas claras y distintas.

En contraste, Zambrano denuncia el ensoberbecimiento de la razón, y con ella de la filosofía, mientras que defiende el valor de la penumbra, es decir, de la incertidumbre, la humildad de reconocer lo necesariamente limitado y parcial de nuestro conocimiento. Así, frente a la claridad deslumbrante de las ideas, frecuentemente identificadas con la plenitud de la luz solar, Zambrano opta por la metáfora de la aurora para proponer un conocimiento siempre en estado naciente; titubeante, pero también fecundo, tal y como pone de manifiesto en 1986, De la aurora.

Por otra parte, Zambrano en ocasiones también utiliza la metáfora de la luz en términos positivos, sobre todo cuando viene matizada, como es el caso de la luz que parpadea, para referirse a formas de conocimiento más sutiles, más allá de la razón cegadora.